jueves, 14 de octubre de 2010

La Tundra

La tundra es un bioma que se caracteriza por su subsuelo helado, falta de vegetación arbórea, o en todo caso de árboles naturales, por lo que es debido a la poca heliofanía y al estrés del frío glacial; los suelos están cubiertos de musgos y líquenes y son pantanosos con turberas en muchos sitios. Se extiende principalmente por el Hemisferio Norte: en Siberia, Alaska, norte de Canadá, sur de Groenlandia y la costa ártica de Europa. En el Hemisferio Sur se manifiesta con temperaturas mucho más parejas durante el año y en lugares como el extremo sur de Chile y Argentina, islas subantárticas como Georgia del Sur y Kerguelen, y en pequeñas zonas del norte de la Antártida cercanas al nivel del mar.La tundra ocupa aproximadamente un quinto de la superficie emergida, subiendo las latitudes en dirección a ambos polos del planeta comienzan (entre los 45 y 60°, tanto norte como sur) las zonas de tundra, bajando estas latitudes se suelen encontrar bosques de coníferas  con algunas betulaceas enanas (es decir la taiga), en el Hemisferio Sur con bosques y selva húmeda fría antiboreal de fagáceas seguidos de coníferas australes.

El Bosque

Un bosque es un área con una alta densidad de árboles.
Estas comunidades de plantas cubren grandes áreas del globo terráqueo y funcionan como hábitats animales, moduladores de flujos hidrológicos y conservadores del suelo, constituyendo uno de los aspectos más importantes de la biostera de la Tierra.
Aunque a menudo se han considerado como consumidores de dióxido de carbono, los bosques maduros son prácticamente neutros en cuanto al carbono, y son solamente los alterados y los jóvenes los que actúan como dichos consumidores.
Los bosques maduros juegan un importante papel en el ciclo global del carbono, como reservorios estables de carbono y su eliminación conlleva un incremento de los niveles de dióxido de carbono atmosférico.
Los bosques pueden hallarse en todas las regiones capaces de mantener el crecimiento de árboles, hasta la línea de árboles, excepto donde la frecuencia de fuego natural es demasiado alta, o donde el ambiente ha sido perjudicado por procesos naturales o por actividades humanas.
Los bosques se diferencian de los arbolados por el grado de cobertura del dosel vegetal; en un bosque las ramas y el follaje de los árboles distintos a menudo se encuentran o se entrelazan, aunque puedan haber huecos de distintos tamaños dentro de un bosque. Un arbolado tiene un dosel más abierto, con árboles más espaciados, que permite que más luz solar llegue al suelo entre ellos.